Creepypasta: he visto morir una estrella en el cielo de Orión.



Todo aquél que diga que la vida está determinada por la probabilidad, no solo se equivoca, sino que además, debería callarse para no decir más estupideces. Si algo me ha enseñado todo el tiempo que he vivido, es que la casualidad es la reina de todas las cosas, y que nunca sirve de nada planear la vida futura. 

Y es que cuanto más lo pienso, más veo lo fácil que es decir, "claro, era cuestión de estadística", enserio, ¿Cuestión de estadística?, Esa es tu escusa para no admitir la derrota, si todo fuera cuestión de estadística, yo debería haber ganado, yo fui la primera que lo conoció, yo me desarrollé mejor en todo el tiempo que compartimos, yo di la cara en todas las ocasiones que fue necesario, ¿Y por que perdí? Porque una piedra hizo que Yotsuba se tropezara y besara a Futaro con la suerte de hacer sonar la campana. 

No puedo decir que después de eso a mi vida le fuera mal, digo, aprobé la universidad, y sigo amando a mis hermanas, pero yo iba ganando, debería haber ganado, tenía todo a mi favor, no es justo. Es por eso, que cuando entre risas Ichica propuso hacer un ritual mágico que nos concedería un deseo en las vacaciones, no lo pensé mucho, claro, total, rituales de ese estilo eran más como las típicas pruebas del miedo que están hechas para reforzar el amor en una pareja, y esas cosas nunca funcionan, pregúntenle a Nino.

El ritual era sencillo, para cambiar tú pasado tienes que dejarlo atrás, y para ello quemar aquello que consideres más importante, Ichica tiró su CD edición especial de su primera película, Yotsuba tiró su vestido de boda, Nino tiró su antiguo teléfono móvil, Miku tiró su primer par de cascos, y yo, tiré la peluca que usaba para hacerme pasar por la persona que no era. Después de 5 minutos, todas pedimos un deseo, y cuando quisimos darnos cuenta, Miku se desmayó, el humo que emitía el fuego por la combustión de los cascos parecía haber causado un humo tóxico, intenté acercarme para socorrerla pero Ichica fue la segunda en caer, seguida de Nino y Yotsuba, y así, antes de que pudiera gritar, el humo también se introdujo en mis pulmones y sucumbí al desmayo. 

Entonces, tuve lo que interpreté como un sueño lúcido, me encontraba en medio de ninguna parte, y lo único que podía ver era un hombre, no muy alto, vestido de uniforme, como un empresario, parecía no tener cara y su pelo no era muy diferente al del japonés pro-medio. Lo que destaqué de él, era que en las manos contaba con dos marionetas una aparentaba ser Futaro y la otra Nino, y juntaba sus manos con las bocas de las marionetas abiertas para fingir que se besaban. Y rompió el silencio para decir:

"Sabes, este era el final original, pero lo cambié de último momento, quizás Miku hubiera ganado, pero su fama era tan grande que hasta empezó a molestarme, Ichica nunca tuvo opción, hizo demasiado mal, y el resultado ya lo conoces."

No sabía que era la entidad que me miraba, pero por su forma de ser, pensé que solo era una ilusión causada por el fuerte golpe en la cabeza que me habría dado, hasta que dijo.

"De todas formas, un trato es un trato, disfruta de tú día especial."

Cuando desperté me encontré a mis hermanas vestidas igual que yo, con un vestido de novia largo y claro, pues como cualquier otro, claro, supongo que esta era la prueba final que íbamos a hacerle a Yotsuba, quizás la alucinación me traía ahora de vuelta a los recuerdos más fuertes, y hubiera seguido creyendo así de no ser porque yo era la única que sostenía un ramo, y todas mis hermanas tenían una peluca similar a mi cabello. Tardé un poco en darme cuenta, pero mi deseo se había cumplido, ahora era yo la que iba a casarse con Futaro, y si, hubiera sido un final feliz, es más, estoy segura que para él lo fue, vivimos una bonita vida como pareja, e incluso tuvo una muerte natural, por lo que se puede decir que dentro de lo que cabe murió feliz. 

Mis hermanas también tuvieron un destino similar, vidas tranquilas y duraderas para terminar muriendo en sus camas rodeadas de la gente que querían, y yo siempre estuve presente, pero siempre igual, desde que me casé a la edad de 30 años nunca había envejecido, simplemente, el efecto del tiempo dejó de afectarme. Vi nacer, crecer y morir a varias generaciones de la descendencia de mis hermanas, llegó un punto en el cual simplemente se olvidaron de mi, y yo les perdí la pista, es más, llegó un punto en el que yo misma me perdí, y nadie vino a buscarme, según el mundo era imposible que alguien viviera tanto tiempo, y las cosas imposibles no existen, por lo que en un punto la gente simplemente empezó a negar mi existencia, y conforme el tiempo perdía importancia, también lo hacía el espacio, hasta llegar al punto de no retorno. 

Me olvidé de todo y de todos, pero yo quería recordar, recordaba el fuego, y lo manifesté en una historia. Recordaba nuestra unión, y lo manifesté en una historia. Recordaba la importancia y riqueza de nuestra familia, como una cadena de oro, y lo manifesté en una historia. Recordaba como me asfixiaba por el humo, y como eso no me mató, y lo manifesté en una historia. 

Y así, cuanto más lo pensaba más me negaba a olvidar, pero no podía recordar con claridad, y bien dicen que se recuerda más un trauma que un alago, así que lo cambie, lo enfoque de manera diferente, así di origen a relatos macabros que repetía una y otra vez para no olvidar a las personas más importantes de mi vida, hasta que, me acordé de alguien más importante, y así, ese señor de las marionetas que en el pasado fue considerado una simple ilusión, se manifestó ante mí.

"Supongo que ya lo has entendido, no puedes cambiar lo que ya está hecho, y tratar de hacerlo solo te llevará a guardar rencor innecesario."

Le eché una leve sonrisa, tenía razón, en cierto modo, querer reducir todo a argumentos y posibilidades que no pasaron, solo nos encierra dentro de un ciclo sin sustento, comprenderlo me hizo darme cuenta de que en cierto modo, solo somos frutos de la casualidad, si, quizás la historia no acabó como yo quería, ¿Y qué? ¿Qué hay de todos esos momentos de felicidad que me presentó? ¿Qué hay de ese suspense que me mantenía con ganas de más? 

Si, todo acaba, puede que no nos guste el resultado, pero siempre podremos crear nuestra propia historia. Claro, eso no cambiará lo que ya está hecho, pero si nos permitirá aprender de ello. 

Dejemos de valorar la estadística como una verdad absoluta para algo tan carente de verdades como es la vida misma. 

Como dice la canción, las cosas son como son, no como dicen que eran. 

Entenderlo me hizo ascender, ahora tengo el poder de modificar las historias. Se que nunca tendrán tanta importancia como la real, pero es saber eso lo que me hace seguir creando mil universos disparatados. Si, lo más importante es vivir la vida sin hacer daño a nadie, pero un par de historias disparatadas también son necesarias para ser feliz.

Les ha hablado Itsuki, y les desea buenas noches. 

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