Creepypasta: aunque me duela, dile al universo que perdí.
Tocó el botón del ascensor, piso 12, y no respondió, volvió a tocar ahora más desesperada, y el mecanismo no funcionó. En ese momento Manbagi se consumió en llanto al saber lo que eso significaba, Tadano había muerto.
Dicen que dar la vuelta al mundo te deja en el mismo sitio, así que empecemos por el principio.
Se puede decir que esta historia comenzó con un mensaje, "dame cinco minutos, voy para allá." Ese mensaje se lo mando Hito Hito Tadano a Manbagi, mientras ella esperaba en un banco de un parque cercano al centro de la ciudad. Era un parque infantil, con un par de columpios, un tobogán y una estructura de estas que usan los niños para escalar, no ofrecía mucho, pero para la persona adecuada, eso era suficiente.
Komi-san llegó apenas un minuto después, estaba tan nerviosa que había tardado más que de costumbre en llegar al parque que conocía de memoria.
- "Bueno, supongo que esto acaba hoy, ¿no?" Dijo Manbagi mientras sonreí a su amiga. Komi asintió, realmente sabía el resultado de este encuentro, pero no quería romper la ilusión de su amiga.
Hace una semana Tadano se la declaró y desde entonces han estado saliendo, su unión había hecho que la muerte de Nagimi se asimilara de forma un poco más ligera. Pero, Manbagi no conocía nada de esto, y ella creía que hoy sería el día en el que Tadano decidiera con quién salir, o eso es lo que Komi pensaba.
Manbagi sabía perfectamente que Komi-san y Tadano estaban saliendo, solo había que verlos, se ponían colorados cuando intercambiaban miradas más de tres segundos, pero a Rumiko Manbagi realmente le gustaba Tadano, y quería que él mismo le confirmara que no sentía nada más que amistad hacia ella.
- "Sabes, pase lo que pase hoy, quiero que sigamos siendo amigos, los tres. Independientemente de quien gane, ¿De acuerdo?" Esas fueron las palabras de Rumiko.
- "No lo llames una victoria, porque no hay una batalla entre nosotras dos, son solo circunstancias, y el resultado solo será parte de estas." Dijo Komi-san.
Ambas se abrazaron, se entendían muy bien.
Tadano llegó como prometió, pero cinco minutos tarde, que normal. También se veía nervioso, le costaba dar los pasos, normalmente hubiera venido en bicicleta, pero decidió llegar andando mientras pensaba por el camino las palabras adecuadas.
Los tres se miraron, Tadano abrió la boca, pero no le salieron las palabras, y volvió a pensar que decir, volvió abrir la boca, pero está vez tosió, parecía que iba a aclarar su garganta, pero volvió a toser, ahora su tos era más pesada, y continuó por diez segundos.
- "¿Tadano estás bien?" Preguntó Manbagi.
Tadano le dirigió la mirada con ojos llorosos, y Rumiko vio como le salía humo de la boca.
- "¿Has estado fumando?" Esto lo dijo en un tono muy enfadado, en cuestión de segundos se formó la idea de que tal vez la presión de esta decisión era mucho, y tal vez, Tadano había buscado una salida para calmarse.
Tadano negó con la cabeza, y luego tomó aíre, ahora sí estaba dispuesto a hablar cuando de repente todo su cuerpo empezó a arder, llamas salidas directamente desde sus entrañas cubrieron al por completo el cuerpo del muchacho que cayó rígido sobre la arena del parque.
Komi-san y Rumiko quedaron en sok ante tal escena, y mientras Rumiko trataba de analizar qué estaba pasando Komi acercó su móvil a la oreja de su amiga, y contestó el número de emergencias. La propia Komi-san no tenía palabras en su interior para afrontar esta situación y sus movimientos habían sido apresurados, como la programación por defecto de una máquina, como los hilos sueltos de una marioneta.
La ambulancia llegó en menos de 15 minutos, y subieron a Tadano a una camilla, los paramédicos explicaron a Komi-san y Manbagi que Tadano había sufrido una combustión instantánea, un evento que puede ser considerado hasta enfermedad, pero que no era un evento sobre-natural, dentro de lo extraño se podía considerar normal, dijeron que se comunicarían con sus familiares lo antes posible, que iban a conectar a Tadano a un respirador porque su cuerpo había sufrido quemaduras de tercer grado, en especial sus pulmones. Como consejo final las recomendaron ir a casa, no se concederían visitas en menos de una hora.
Y luego de eso te ahorraré detalles, Rumiko se fue a su casa a una velocidad que arrollaba con todo, se encerró en su cuarto sin dar explicaciones y se enrolló entre sus sábanas buscando consuelo, luego pensó que tal vez lo que le había pasado a Tadano no era tan grave, el paramédico no dijo que se hubiera muerto, solo que estaba quemado, pero las quemaduras se pueden curar si se tratan a tiempo, pasó por su mente un recuerdo que vio en las noticias, como una persona había salido viva luego de caer a un volcán, comparado a eso, lo de Tadano era un paseo, además, le dijeron que podría recibir visitas en una hora, si estuviera en peligro de muerte no la hubieran dicho eso.
Después de reflexionar, se armó de valor, informó a su madre de lo ocurrido y juntas se acercaron al hospital una hora después del suceso.
La misma fuerza arrolladora de antes impulsó a Rumiko a dentro del hospital, así como a los ascensores y, veámonos aquí, de vuelta en el punto de partida.
Los ascensores no funcionaban porque se había ido la luz en el hospital, y por la misma razón todos los aparatos eléctricos que mantenían vivas a las personas se habían apagado también, no creo que necesites más detalles, Manbagi tampoco los necesitó.
Al regresar a su casa, su madre trató en vano de consolarla, incluso la contó la historia de un hombre que sobrevivió luego de caer a un volcán. Rumiko solo se sentó en la sala de estar, devastada, y con pocas fuerzas para todo, incluso llorar. Lo único que pudo hacer fue mirar de nuevo su teléfono, ahí seguía el mensaje, tal y como lo recordaba, "Dame cinco minutos, voy para allá." Pero algo había cambiado, ese mensaje era nuevo, y había sido enviado hace cinco minutos.
Alguien llamó a la puerta de Manbagi... No era Tadano.
Comentarios
Publicar un comentario